Las orquídeas que se cultivan con mayor frecuencia en Cuba - ESPECIE: Laelia rubescens Lindl.

   

Las orquídeas que se cultivan con mayor frecuencia en Cuba
14. ESPECIE: Laelia rubescens Lindl.
Publicación: Edwards’s Bot. Reg. 26: t. 41. 1840.
Etimología: El epíteto específico refiere el color rosa de las flores en sus distintas tonalidades.
Sin: Cattleya rubescens (Lindl.) Beer. Bletia rubescens (Lindl.) Reichb.
NC: Orquídea.
Descripción: Plantas epífitas, pequeñas, a veces pigmentadas de púrpura si se encuentran creciendo al sol; pseudobulbos ovales y algo comprimidos de 3-5 cm de diámetro.
 Por lo general 1 hoja, rara vez bifoliados, con hojas de hasta 10 cm. Escapo floral de 20-30 cm de altura y de 4-7 flores hacia el extremo, flores que varían considerablemente en su color, desde rosa hasta blanco; pero todas con una mancha marrón oscuro en la base del labelo.
La forma de las flores es variable (Withner 1990).
Época de Floración: Enero-febrero.
Nota: Esta especie es ampliamente cultivada y sus flores presentan una amplia gama de colores, sus pseudobulbos presentan yemas con dormancia en el período invernal.
Fuente: Revista del Jardín Botánico Nacional 30-31: 159-167, 2009-2010
Las orquídeas que se cultivan con mayor frecuencia en Cuba
Alelí Morales Martínez

Jardín Botánico Nacional, Universidad de La Habana. Cuba.

Cultivo de la Rosa Ventilación y enriquecimiento en CO2



Cultivo de la Rosa
Ventilación y enriquecimiento en CO2
En muchas zonas las temperaturas durante las primeras horas del día son demasiado bajas para ventilar y, sin embargo, los niveles de CO2 son limitantes para el crecimiento de la planta. Bajo condiciones de invierno en climas fríos donde la ventilación diurna no es económicamente rentable, es necesario aportar CO2 para el crecimiento óptimo de la planta, elevando los niveles a 1.000 ppm. Asimismo, si el cierre de la ventilación se efectúa antes del atardecer, a causa del descenso de la temperatura, los niveles de dióxido de carbono siguen reduciéndose debido a la actividad fotosintética de las plantas.
Por otro lado, hay que tener en cuenta que las rosas requieren una humedad ambiental relativamente elevada, que se regula mediante la ventilación y la nebulización o el humedecimiento de los pasillos durante las horas más cálidas del día.
La aireación debe poder regularse, de forma manual o automática, abriendo los laterales y las cumbreras, apoyándose en ocasiones con ventiladores interiores o incluso con extractores (de presión o sobrepresión). Ya que así se produce una bajada del grado higrométrico y el control de ciertas enfermedades.
7. CULTIVO EN INVERNADERO
Con el cultivo de rosa bajo invernadero se consigue producir flor en épocas y lugares en los que de otra forma no sería posible, consiguiendo los mejores precios. Para ello, estos invernaderos deben cumplir unas condiciones mínimas: tener grandes dimensiones (50 x 20 y más), la transmisión de luz debe ser adecuada, la altura tiene que ser considerable y la ventilación en los meses calurosos debe ser buena. Además, es recomendable la calefacción durante el invierno, junto con la instalación de mantas térmicas para la conservación del calor durante la noche.
7.1. Preparación del suelo
Para el cultivo de rosas el suelo debe estar bien drenado y aireado para evitar encharcamientos, por lo que los suelos que no cumplan estas condiciones deben mejorarse en este sentido, pudiendo emplear diversos materiales orgánicos.
Las rosas toleran un suelo ácido, aunque el pH debe mantenerse en torno a 6. No toleran elevados niveles de calcio, desarrollándose rápidamente las clorosis debido al exceso de este elemento. Tampoco soportan elevados niveles de sales solubles, recomendando no superar el 0,15%.
La desinfección del suelo puede llevarse a cabo con calor u otro tratamiento que cubra las exigencias del cultivo. En caso de realizarse fertilización de fondo, es necesario un análisis de suelo previo.
7.2. Plantación
La época de plantación va de noviembre a marzo. Esta se realizará lo antes posible a fin de evitar el desecamiento de las plantas, que se recortan 20 cm; se darán riegos abundantes (100 l de agua/m2), manteniendo el punto de injerto a 5 cm por encima del suelo.
En cuanto a la distancia de plantación la tendencia actual es la plantación en 4 filas (60 x 15 cm) (viveristas no especializados) o 2 filas (40 x 20 ó 60 x 12,5 cm) con pasillos al menos de 1 m (viveristas especializados), es decir, una densidad de 6 a 8 plantas/m2 cubierto. De este modo se consigue un mantenimiento más sencillo y menores inversiones.
Fuente: Cultivo de la Rosa
Fuente: Infoagro.com

Publicado por: Marcela Aguilera, Operadora SITEC V Región.

Manual de Vivero 1. Invernáculos


Manual de Vivero
1. Invernáculos
“El invernáculo es una construcción destinada a resguardar los cultivos de plantas hortícolas, frutícolas, ornamentales o cualesquiera otra, en condiciones más favorables o más seguras que al aire libre”. Esta tecnología permite producir plantas que requieren control de temperaturas, humedad y luz. También, para producir fuera de temporada, lograr producciones anticipadas o especies que requieren especiales cuidados, sobre todo las ornamentales de interior.
Ventajas y desventajas de los invernáculos
Cultivo en invernadero  Ventajas Permite producir plantas delicadas o de clima controlado.
Incorpora nuevas especies. Aumenta la producción.
Cultivo a cielo abierto  Es más económica ya que no requiere realizar inversiones.
 Cultivo en invernadero  Desventajas
Es más costoso. Es necesario cambiar el plástico cada 3 años. Residuo no biodegradable.
Rendimiento mucho menor. Período de cosecha breve. Período libre de heladas aleatorio.
No permite realizar cultivos sensibles al clima.
El invernáculo es una construcción caracterizada por poseer:
• una cubierta transparente a las radiaciones necesarias para la vida de las plantas, de donde resulta una modificación del clima exterior;
• dimensiones apropiadas para las especies a cultivar y para que un hombre trabaje en su interior;
• un sustrato natural o artificial con provisión de agua;
• dispositivos que permitan intercambios de aire con el exterior;
• eventualmente dispositivos para evitar valores extremos no deseados en los parámetros climáticos.
Ubicación del invernáculo
Para la ubicación del invernáculo, es necesario considerar la cercanía de diversos servicios, especialmente el suministro de energía eléctrica, la vivienda del operario responsable de su manejo, la red viaria y las comunicaciones.
La superficie ocupada por el invernáculo debe estar bien nivelada, algo más alta que los terrenos circundantes y rodeados de zanjas o canales que permitan el rápido escurrimiento de las lluvias.
A su vez, se tendrá en cuenta el abastecimiento y la calidad del agua necesaria para el riego. La mayoría de las especies cultivadas bajo invernáculo son sumamente sensibles a las aguas “duras” o de mala calidad, por lo que este elemento muchas veces condiciona la especie a cultivar.
Debe seleccionarse el tipo de suelo cuya textura y pH sean la más favorable para las especies que se desean cultivar, con calidad uniforme en toda su superficie, buen drenaje, equilibrado en elementos nutritivos, sin exceso de sales y con una vida microbiana intensa.
Es importante buscar la protección contra vientos no deseados ya que su dirección y velocidad afectan en gran medida al invernáculo, ejerciendo una acción mecánica (daños sobre la estructura y/o cubierta) e influyendo en el incremento de las pérdidas de calor. En zonas no protegidas, debe considerarse la construcción de cortinas rompe vientos.
Fuente: MANUAL DE VIVERO
2º AÑO CICLO BÁSICO AGRARIO
VERSIÓN PRELIMINAR
DIRECCIÓN PROVINCIAL DE EDUCACIÓN TÉCNICO PROFESIONAL

DIRECCIÓN DE EDUCACIÓN AGRARIA

Cultivo de la Rosa El injerto de vareta o injerto inglés

  

Cultivo de la Rosa
El injerto de vareta o injerto inglés, rara vez se utiliza para la producción comercial de flor de corte, ya que también requiere demasiado tiempo.
Para el injerto de yema el patrón más común es Rosa manetti y, ocasionalmente R. odorata. En Nueva Zelanda se emplea R. multiflora inermis y en zonas más frías como Holanda, R. canina.
El material para los patrones se obtiene de plantas que han sido tratadas con calor para la eliminación de virus y otras enfermedades. A finales de septiembre se cortan los brotes largos de las plantas patrón, se les eliminan las espinas y se sumergen en una solución de hipoclorito sódico (1/3 de 1%) durante 15 minutos. Se cortan en segmentos de 20-21 cm y se quitan las yemas de las estacas, retirando todas las yemas inferiores, dejando tres en el extremo superior. Después del tratamiento o desinfección del suelo, se procede al abonado de fondo previo análisis de suelo. Los tallos se tratan con hormonas enraizantes y se plantan en surcos separados a 122 cm, distanciándolos a 13 cm, desde mediados de noviembre hasta mediados de diciembre, dando un riego inmediatamente después de la plantación.
El injerto normalmente se realiza a mitad de junio, cuando ya hay suficiente enraizamiento y la corteza se puede pelar fácilmente. Se practica una incisión en forma de "T" hasta la profundidad del cambium, bajo los brotes del patrón. Se inserta entre las solapas que forman la "T" la yema procedente del brote de un cultivar elegido, procurando un sistema de sujeción por encima y por debajo de la yema. Transcurridas 3-4 semanas se corta aproximadamente 1/3 del patrón por encima del injerto y se rompen las puntas, las cuales serán eliminadas 3 semanas después, cuando se extraen los patrones del suelo. Las plantas se limpian y se clasifican según su calidad (desarrollo del sistema radicular, crecimiento de la planta, etc.), se empaquetan y se almacenan en frío (0-2ºC) hasta que se transportan al floricultor entre enero y junio.
En Holanda se emplea una técnica alternativa conocida como "stenting", que consiste en injertar lateralmente el cultivar deseado sobre una estaquilla del portainjertos que se enraíza mediante los métodos normales de propagación. Actualmente también es posible la producción de rosales in vitro.
6. REQUERIMIENTOS CLIMÁTICOS
6.1. Temperatura
Para la mayoría de los cultivares de rosa, las temperaturas óptimas de crecimiento son de 17ºC a 25ºC, con una mínima de 15ºC durante la noche y una máxima de 28ºC durante el día. Pueden mantenerse valores ligeramente inferiores o superiores durante períodos relativamente cortos sin que se produzcan serios daños, pero una temperatura nocturna continuamente por debajo de 15ºC retrasa el crecimiento de la planta, produce flores con gran número de pétalos y deformes, en el caso de que abran. Temperaturas excesivamente elevadas también dañan la producción, apareciendo flores más pequeñas de lo normal, con escasos pétalos y de color más cálido.
Iluminación
El índice de crecimiento para la mayoría de los cultivares de rosa sigue la curva total de luz a lo largo del año. Así, en los meses de verano, cuando prevalecen elevadas intensidades luminosas y larga duración del día, la producción de flores es más alta que durante los meses de invierno.
Una práctica muy utilizada en Holanda consiste en una irradiación durante 16 horas, con un nivel de iluminación de hasta 3.000 lux (lámparas de vapor de sodio), pues de este modo se mejora la producción invernal en calidad y cantidad.
No obstante, a pesar de tratarse de una planta de día largo, es necesario el sombreo u oscurecimiento durante el verano e incluso la primavera y el otoño, dependiendo de la climatología del lugar, ya que elevadas intensidades luminosas van acompañadas de un calor intenso. La primera aplicación del oscurecimiento deberá ser ligera, de modo que el cambio de la intensidad luminosa sea progresivo.
Se ha comprobado que en lugares con días nublados y nevadas durante el invierno, podría ser ventajosa la iluminación artificial de las rosas, debido a un aumento de la producción, aunque siempre hay que estudiar los aspectos económicos para determinar la rentabilidad.
Fuente: Cultivo de la Rosa
Publicado por: Marcela Aguilera, Operadora SITEC V Región.


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