Cultivo del lilium Cultivo en macetas

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Cultivo del lilium
 Cultivo en macetas
Aparte del uso del lilium como flor cortada también se puede cultivar en maceta, para utilizarlo en las casas, balcones y jardines. Actualmente en Chile se utiliza para este tipo de negocio las mismas variedades que para flor cortada, sin discriminar entre el tamaño de la variedad y el calibre de bulbo utilizado. Ello resulta en una maceta pequeña muchas veces con una vara larga que hace difícil mantenerlo en forma erecta al momento de la venta. Aunque existen productos químicos que se pueden aplicar a las plantas para enanizarla usadas como inmersión de los bulbos o aplicaciones foliares, como el Paclobutrazol, éstos no se utilizan por desconocimiento y porque el mercado no exige una presentación más armoniosa de la maceta.
Hoy en día existe una gran cantidad de variedades de lilium genéticamente adaptados para este tipo de mercado y que cumplen con los siguientes requisitos:
• un largo uniforme de tallo de 30 a 50 cm (incluyendo la maceta).
• una proporción armoniosa entre largo de vara, número de botones y largo de las hojas.
• un tallo firme, con las hojas bien distribuidas en todo el largo.
• suficiente número de botones.
• gran variedad de colores.
• genéticamente tallos cortos.
• no susceptibles a aborto floral.
• menos sensibles a largo del día.
Existen variedades asiáticas, orientales y Longiflorum disponibles para la venta. Sólo las variedades L.A. hasta ahora no han sido adaptadas a este tipo de cultivo.
Los calibres que se utilizan para este tipo de negocio dependen del tipo de maceta a usar y de la cantidad de bulbos que se quiere poner en la maceta. Lo más usado es una maceta de 14 x 15 donde se pueden poner hasta tres bulbos calibre 10/12, pero ello depende de las condiciones de venta de la producción.
En el extranjero se utiliza un bulbo cuando se plantan en macetas de 10 cm de diámetro. Lo más utilizado son los calibres 10/12 y 12/14. Es importante destacar que en este tipo de cultivo se puede utilizar sin problema los bulbos “doble nariz”.
El medio de cultivo para plantar en macetas debe cumplir con los siguientes requisitos: debe ser muy
liviano o suelto, debe dejar pasar el exceso de agua, y a la vez debe ser buen retenedor de la humedad. Por ello, el mismo medio que se usa para el cultivo en cajas sirve perfectamente para plantar en macetas (corteza de pino compostada mezclada con tierra, aserrín compostado con tierra, arena con perlita, etc.).
La fertilización se realiza mezclando 750 g a 1 Kg de mezcla fertilizante para papa, o mezcla preparada para lilium, según se indica en el capítulo de producción de flores, por cada metro cúbico de sustrato. Se mezcla bien con pala y posteriormente se coloca en la maceta junto con los bulbos.
La preparación de los bulbos antes de plantar se realiza igual que para el cultivo en cajas, es decir, se deshiela a temperatura tibia (10 ºC) y se plantan con brotes de unos 5 cm.
La plantación se realiza colocando 1 a 2 cm de sustrato en el fondo de la maceta para posteriormente
colocar él o los bulbos. Se colocan los bulbos dirigiendo las narices hacia el borde la maceta cuando se plantan más de uno, y derecho hacia arriba cuando se planta uno solo. Después se llena la maceta con suficiente tierra, se afirma con los dedos y posteriormente se hace un riego profundo.
Las temperaturas de desarrollo del cultivo en maceta son las mismas que para producción de flor cortada en invernadero, es decir, mínimo 10 a 12 ºC y máximo 20 a 22ºC.
Cuando las plantas se encuentren con alrededor de 10 cm de altura conviene hacer aplicaciones de nitrógeno en forma de fertilizante seco por maceta (supernitro, urea, salitre, supernitro magnésico, u otro), dos a tres veces durante el cultivo hasta antes de la emisión de los botones.
Los cuidados posteriores se refieren a mantener una humedad constante en la maceta recordando que los lilium son buenos consumidores de agua, y mantener también una buena sanidad de la plantas, igual como se hace con el cultivo en suelo o en cajas.
El momento ideal de venta es aquel cuando los botones inferiores muestran claramente color, antes de
ponerse blandos. Es posible también conservar las macetas antes de la venta, por un par de días, en
cámara de frío a 5ºC, teniendo siempre presente que mientras menor sea el período mejor abrirán las flores posteriormente.
Cosecha y postcosecha de bulbos de
lilium
Descripción de un bulbo de lilium
El bulbo consiste en un tallo modificado de la planta que tiene por objeto almacenar alimento durante
su etapa de crecimiento. Este almacenaje se utiliza para alimentar la planta que brota de este bulbo en
la temporada siguiente.
Este bulbo es tunicado y acuoso, por lo que es fácil suponer que en todas las etapas de desarrollo del cultivo desde el suelo hasta la cámara de frío debe mantenerse en ambiente húmedo. Nunca se debe secar el suelo antes de cosechar los bulbos como se hace con otras especies.
Estados de desarrollo del bulbo durante la etapa de
cultivo
Cuando se produce la brotación en el suelo, el brote emerge desde el centro del bulbo. A medida que el cultivo avanza o se desarrolla la planta, el tallo que inicialmente fue brote, se va desplazando hacia fuera del bulbo ya que en su lugar se empieza a formar uno nuevo.
Al final del cultivo, cuando la planta fue desbotonada y se ha secado el tallo floral, este tallo seco se encuentra totalmente fuera del bulbo o máximo debajo de la primera capa de escamas.
Muchas veces se indica que una forma práctica de determinar el momento de cosecha es aquel en que
el tallo se desprende fácilmente del bulbo. En la práctica, se indica que tirando el tallo hacia arriba debería desprenderse fácilmente.
Conocer este comportamiento es de gran importancia porque de esta forma se puede hacer un buen
control de la calidad de bulbo a plantar. Cuando un bulbo ha producido vara floral y ésta se ha cortado, el bulbo cosechado resulta con gran parte de las escamas del bulbo madre presentes y cuando se hace la medición de calibre de este bulbo, utilizando todas las escamas presentes, resultará un calibre artificialmente abultado. Lo correcto es medir solamente el bulbo nuevo que se encuentra en el interior, con lo que usualmente este calibre no pasa más allá de 8-10 o menos.
Normalmente el ciclo de una planta de lilium en condiciones naturales se termina en el otoño ya que se empieza a acortar el período de luz de día o fotoperíodo, y las temperaturas descienden gradualmente a medida que se acerca el invierno.
Organización para la cosecha
Antes de empezar el proceso de cosecha deben existir todos los elementos necesarios con el objeto de
no interrumpir la cadena de trabajos hasta embalar.
Ello porque los bulbos no deben ser deshidratados, ni secados, ni expuestos al sol directo, como se mencionó más arriba. Por ello, el proceso de cosecha debe ser continuo desde la extracción del bulbo del suelo hasta la cámara de frío.
Se debe disponer de herramientas, envases, suficiente agua de lavado, bolsas de plástico y turba o aserrín compostado. Finalmente debe existir una cámara de frío para realizar el tratamiento de los bulbos florales y para conservar los no florales.
Cosecha
La cosecha se inicia con la extracción de bulbos desde el suelo. Esta labor si no se hace mecanizada, se puede realizar con herramientas manuales como la “laya”, horqueta, azadón, etc. Con ellas se levanta el suelo completamente con los bulbos incluidos tratando por todos los medios de no romper bulbos ni raíces y no dejar bulbos en el suelo. Conviene retirar lo más posible la tierra adherida al bulbo recién cosechado, pero teniendo siempre en mente que no se debe golpear contra nada muy duro para no dañarlo.
Los bulbos no deben ser mantenidos al sol ya que se deshidratan rápidamente con lo que se daña el potencial de producción de flores. Por ello la cosecha debe ser rápida.
Lavado
Posterior a la cosecha se realiza el trabajo de lavado que consiste simplemente en separar la tierra de los bulbos y bulbillos. Mientras más limpios queden los bulbos mejor será el proceso de inspección de enfermedades, ácaros, daños, etc. El lavado se realiza con agua utilizando cualquier método de manera que se trabaje con agua corriente o no estancada.
Calibración
Una vez lavados los bulbos se realiza la calibración, separándolos por tamaño y por ende por destino. El calibre de los bulbos se determina en centímetros midiendo la cintura en su parte más ancha o perímetro.
Por ello, un calibre 10/12 significa que los bulbos miden más de 10 centímetros y menos de 12 centímetros o miden entre 10 y 12 centímetros.
El trabajo de calibración se puede realizar a máquina con maquinaria especializada que permite regular los calibres a separar o a mano mediante plantillas con orificios por las que se hace pasar los bulbos a medir. Existe también la posibilidad de utilizar una seleccionadora semimanual, que básicamente es un harnero con barras longitudinales separando las barras según el calibre deseado, sin transversales (Figura 6). Para separar diferentes calibres se construyen harneros diferentes y se pueden colocar en serie ubicados desde el calibre menor al mayor. La instalación se hace inclinada, de manera de hacer circular los bulbos arrastrándolos con la mano en los diferentes harnero con diferentes calibres. Desde cada harnero caerá el calibre que corresponda con lo cual se realizará la separación que se ha programado. La separación de calibres se hace normalmente entre –8, 8/10, 10/12, 12/14, donde los calibres menos 10 son material vegetal y los sobre 10, bulbos calibres floral.

Fuente: Manuales FIA de Apoyo a la Formación de
Recursos Humanos para la Innovación Agraria
Para pequeños(AS ) productores(AS ) de la agricultura familiar campesina
Gabriela Verdugo R., Ingeniera Agrónoma. MSc. Universidad Católica de
Valparaíso (Capítulos I, II, III -Cultivo de Liatris spicata, Gladiolo y Fresias-,
IV, V –Cultivo de Lisianthus- y VII -Registros y cálculo de rentabilidad)
• Alejandro Montesinos Vásquez,
Ingeniero Agrónomo. Asesor privado (Capítulo III)
• Francia Zárate, Ingeniera Agrónoma, Ball Chile (Capítulo V)
• Yanina Erices, Ingeniera agrónoma (Capítulo VI - Buenas prácticas agrícolas
en floricultura y uso seguro de equipos de pulverización)
• Álvaro González C., Ingeniero Agrónomo (Capítulo VI -Uso y calibración de
equipos de desinfección)
• Patricio Barbosa E., Ingeniero Agrónomo (Capítulo VII - Mercado de la
floricultura 2006)
• María Alejandra Biggi T. Ingeniera Agrónoma (Capítulo VII - Formación de
equipo y Registros y cálculo de rentabilidad)

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