EL CULTIVO Y MANEJO DE LA ALSTROEMERIA


  

EL CULTIVO Y MANEJO DE LA ALSTROEMERIA

Humedad La humedad idónea es entre el 70-80%. Aunque la Alstroemeria no es muy susceptible al hongo Botrytis, se recomienda mantener la humedad por debajo del 90% durante el invierno. La humedad alta produce tallos más largos y asimismo hojas más largas y frágiles. Al principio de la primavera, en los primeros días calientes del año, unas cuantas variedades son susceptibles a el Stagonospora sacchari, el hongo causante de la quemazón o chamuscado de la hoja. Para preparar las plantas a esas circunstancias, se recomienda ventilar y/o calentar un poco más en los días y noches cuando el contenido en humedad está por debajo de un 85-87%. El uso de los ventiladores en el invernadero puede también mejorar la situación. A pesar de eso, es muy difícil prevenir este problema en el primer día de sol después de un período con el cielo cubierto. Por otra parte, en días muy soleados en la primavera, cuando la humedad relativa cae por debajo de un 70%, se recomienda la utilización de un aspersor o una pantalla (Konst, 2009).
CO2
El añadir CO2 en los invernaderos mejorará la calidad del cultivo y aumentará los rendimientos en un 10-20%. Se debe mantener la concentración de CO2 hasta 350-400 ppm en el verano y comprobar que no tenga las ventanas abiertas más de un 20%. Con ventanas cerradas en el invierno, la concentración mayor es entre 600-800 ppm. Las concentraciones de CO2 superiores a 1000 ppm, no producen ningún efecto positivo o negativo en las plantas (Konst, 2009).
Iluminación
La Alstroemeria responde bien a alta intensidad de luz y puede ser cultivada al aire libre a pleno sol si la superficie del suelo se cubre con acolchado y se proporciona el agua adecuada. Dependiendo del cultivar, la longitud de los tallos florales puede ser acortada a través de altas intensidades de luz. Si las plantas van a ser cultivadas en áreas o épocas de baja irradiación, irradiaciones suplementarias de aproximadamente 600 pie-candeales (unos 6500 lux) a la altura del dosel y un fotoperíodo aumentado (16 horas) acelerará la floración y aumentará la producción de flores. Plantas que se exponen a irradiación suplementaria en el otoño florecerán hasta 12 semanas antes que plantas cultivadas bajo días naturales; los rendimientos también aumentarán por lo menos 30%. La respuesta a la irradiación adicional no ocurrirá si las plantas no se inducen previamente con temperaturas frescas; esto confirma el papel secundario de la luz en el mecanismo de la floración (Bridgen, 1999).
Si la Alstroemeria no puede recibir irradiación suplementaria desde luces de descarga de alta intensidad (HID), hay todavía alguna ventaja al proporcionar días largos con luces incandescentes. Plantas que reciben 16 horas de luz por día florecerán más rápidamente que plantas que reciben menos de 13 horas. La extensión de longitud del día puede ocurrir por medio de interrupción de la noche o por prolongación del día. La iluminación artificial no debe ser suplementada antes de 45-60 días después de plantar (Bridgen, 1999).
Con la iluminación HDI hay que mantener la temperatura del suelo en el invierno entre 14 -15,5 °C para asegurar una vegetación y calidad suficiente desde enero hasta marzo. En el caso de que no se pueda mantener la temperatura del suelo, es mejor limitar la duración del día a un máximo de 14 horas. También es importante prevenir que las temperaturas del suelo asciendan demasiado en el invierno, lo que puede ocurrir fácilmente con plantas que se encuentren por debajo de una pantalla si las temperaturas exteriores son moderadas. Las temperaturas por encima de 15,5 °C durante las semanas al final de diciembre y en enero pueden producir el resto del año múltiples tallos ciegos o más delgados (Konst, 2009).
Fuente: UNIVERSIDAD DE CHILE
FACULTAD DE CIENCIAS AGRONÓMICAS
ESCUELA DE AGRONOMÍA
EL CULTIVO Y MANEJO DE LA ALSTROEMERIA
Carolina Osorio C.
SANTIAGO – CHILE

EL CULTIVO DE LAS HELICONIAS


  

EL CULTIVO DE LAS HELICONIAS

INFLUENCIA DE LAS CONDICIONES
AMBIENTALES SOBRE EL CRECIMIENTO
Y LA FLORACIÓN
Debido a su centro natural de origen, las heliconias presentan exigencias ecológicas muy definidas, áreas con altas temperaturas y abundantes precipitaciones de los países tropicales, pero pueden cultivarse en cualquier lugar, cuya temperatura media sea de unos 20°C, siempre que exista una abundante humedad edáfica. El clima ideal para el cultivo de estas especies será aquel en el cual la temperatura varía entre una mínima de 18°C y una máxima de 34°C, además de abundante precipitación uniformemente distribuida a lo largo del año. Cuando se presentan temporadas de sequía, es necesario aportar el agua requerida a través del riego. Algunas especies como las H. apectabilis y H. aureo-striata agradecen una exposición sombreada.
La mayor parte de las heliconias cultivadas comercialmente crecen al aire libre, observándose las producciones más altas en zonas de elevada luminosidad, aunque para algunos cultivares las coloraciones de brácteas más intensas se consiguen bajo sombreo (17). Los mismos resultados han sido obtenidos en el sur de Florida (12), donde H. psittacorum ‘Andromeda’ produjo, en el primer año, de tres a cuatro veces más a pleno sol que con el 63 % de sombreo y el doble en el segundo año.
La sombra que producen las propias plantas reduce la producción incluso a pleno sol. Con altos niveles de fertilización (650 g N/m2 y año), H. psittacorum ‘Andromeda’ llega a tener más de 700 pseudotallos/m2 en el segundo año de cultivo, y en estas condiciones la luz recibida por las hojas es insuficiente, los pseudotallos se vuelven débiles y excesivamente largos, y disminuyen tanto la producción como la calidad (18). Ellos obtuvieron en el sur de Florida mayor producción anual al aire libre, con temperaturas inferiores a las óptimas que al cultivar en invernaderos con 80 % de transmisión lumínica y calefacción, por ser dicha transmisión insuficiente en invierno.
En diversas especies de heliconias, se observó que la eficiencia fotosintética y el contenido de clorofila de las hojas eran menores cuando las plantas estaban a pleno sol, que cuando se encontraban bajo una ligera sombra (8).
No obstante, ellos encontraron posteriormente que esto solo se producía cuando el aporte de nutrientes a las plantas era limitado y que la fotoinhibición de las plantas
a pleno sol desaparecía al aplicar nutrientes y, en particular, nitrógeno (22).
Muchas especies: H.psittacorum, H.x nickeriensis, H. episcopalis, H. hirsuta, H. x ‘Golden Torch’, H. chartacea, algunos cultivares de H. stricta y H. bihai, florecen duran
durante todo el año bajo intensidades de luz apropiadas y se han considerado de día neutro o no fotoperiódicas (17, 23).
Sin embargo, en Hawai la producción de flores de H. chartacea es más baja en primavera, con mayor número de hojas previas que en invierno. Al estudiar estos
brotes, se observó una alta proporción de ápices florales abortados, por lo que teniendo en cuenta el tiempo de desarrollo de los brotes, se sugiere que el fotoperíodo durante el invierno debe ser demasiado corto para permitir el desarrollo de las inflorescencias iniciadas (24).
Otras heliconias tienen una floración marcadamente estacional y se ha demostrado su control fotoperiódico.
H. stricta ‘Dwarf Jamaican’ es una planta de día corto facultativa, que debe tener por lo menos tres hojas para responder a las condiciones inductivas: cuatro semanas de noches largas a 15ºC (25).
Posteriormente, se ampliaron estos datos demostrando que se requieren de 15 a 19 semanas para que las flores lleguen a la antesis, que el porcentaje de yemas inducidas a flor disminuye al elevar la temperatura nocturna de 15 a 25ºC y que la proporción de yemas florales abortadas crece con la temperatura media (26).
Son también especies de día corto H. wagneriana, que requiere para florecer entre 100 y 150 días cortos, dependiendo del cultivar (27), H. aurantiaca (28) y H. rostrata (29).
H. angusta ‘Holiday’ muestra también una marcada estacionalidad, floreciendo durante los meses de otoño-invierno.
Los trabajos realizados por Sakai y Kwon han encontrado que las flores se inducen seis meses antes, durante los días largos del año, la longitud crítica del día es de 13.3 horas y el período de desarrollo de la flor 16 a 19 semanas (29).
No existen evidencias de que la temperatura incida sobre la inducción floral de las heliconias, si bien se ha observado que su aumento puede elevar indirectamente la producción de flores, debido a su efecto sobre el crecimiento de las plantas (17; 30).
Las temperaturas óptimas de cultivo varían con las especies y cultivares. Algunos, como H. stricta ‘Dwarf Jamaican’ y H. angusta ‘Holiday’, crecen y florecen a 15ºC, si bien su óptimo crecimiento se producirá sin duda a temperaturas superiores (17). El aumento de temperatura de 15 a 21ºC elevó la producción de flores de H.psittacorum ‘Tay’ más del doble y la de H. aurantiaca en un 20 % (28, 31). Para H. psittacorum se recomienda mantener temperaturas mínimas por encima de 21ºC, la producción crece hasta los 35ºC (18, 32).
La temperatura es el mayor factor limitante del cultivo de H. psittacorum en algunas zonas de Florida, disminuyendo su crecimiento y floración cuando baja de 21ºC.
Por debajo de los 10ºC, las plantas cesan de crecer y aparecen pequeñas manchas negras en el raquis floral junto a la inserción de las brácteas. Los rizomas pueden sobrevivir hasta 1-2ºC (12). Estos requerimientos de temperatura forzaron el abandono de su cultivo en Holanda durante la crisis del petróleo en los años setenta.
Fuente: Jerez, E.
EL CULTIVO DE LAS HELICONIAS
Cultivos Tropicales, vol. 28, núm. 1, 2007, pp. 29-35
Instituto Nacional de Ciencias Agrícolas (INCA)
La Habana, Cuba

El cultivo de girasol (Helianthus annuus) para flor cortada



El cultivo de girasol (Helianthus annuus) para flor cortada

11.- RECOLECCIÓN
El momento de recolección será cuando las lígulas estén totalmente desarrolladas, si
es posible cuando éstas todavía mantienen una posición próxima a la perpendicular con el capítulo, con el fin de evitar daño en las mismas durante la manipulación y el transporte.
Pero conviene hacer alguna prueba previa para determinar el momento más conveniente,
ya que según variedades u otras circunstancias, se puede dar el caso de que no continúen
su evolución no llegando a alcanzar la apertura total, lo que desmerece su aspecto.
Dependiendo de la altura que tenga en ese momento la parcela a recolectar se podrá
hacer de dos modos: En el caso de que la altura total de la planta esté cerca de la altura
comercial deseada (normalmente entre 80 y 100 cm), se arrancará la planta en su
totalidad cortando la raíz, y si está un poco por encima de esa altura, también un trozo de tallo. En el caso de los cultivares o épocas en que obtengan plantas netamente superiores a lo necesario, incluso más de dos metros, se cortará el tallo a unos 80-100 cm por debajo del capítulo dejando el resto del tallo en la parcela.
Se suelen confeccionar en paquetes de cinco unidades, atándolos con gomas,
igualando los tallos por debajo mediante un corte de tijera.
12.- CONCLUSIONES
El girasol para flor cortada puede ser una interesante opción por las escasas
dificultades técnicas que presenta y adaptación a nuestras condiciones climáticas. Su
aceptación por el consumidor es buena, sin llegar a alcanzar un consumo masivo como
otras especies, por lo cual las cantidades producidas se tienen que adaptar adecuadamente a la demanda de nuestros clientes, ya que en caso contrario podríamos encontrar dificultades en su comercialización.
Fuente: El cultivo de girasol (Helianthus annuus) para flor cortada
Javier Melgares de Aguilar Cormenzana
Consejería de Agricultura, Agua y Medio Ambiente
Plaza Juan XXIII nº 4
30.071 Murcia (España)
13.- BIBLIOGRAFIA
·  Alba, A. Llanos, M. El cultivo del girasol. Ediciones Mundiprensa (1.990).
·  Altman, A.; Streitz, D. Die sonnenblume liegt weiter mi trend. TASPO
Gartenbaumagazin (1996).
·  Anónimo. Ediciones Altaya. El mundo secreto de las hierbas 1998.
·  Del Valle L. El cultivo moderno del girasol. . Editorial De Vecchi (1987).
·  Gómez Arnau J. El cultivo del girasol. Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación.
H.D. 20/88 (1.988).
·  Sauer H. Gelbes zieht an: Rudbeckien und Sonenblumen mi topf. TASPO
Gartenbaumagazin (1996).
·  Viorel Vranceanu, A. El girasol. Ediciones Mundiprensa (1.977).

CULTIVO DE GLADIOLO 6. Descripción del Proceso de Producción



CULTIVO DE GLADIOLO

6. Descripción del Proceso de Producción
6.1. Sistemas de plantación
Normalmente al aire libre se suele realizar plantaciones escalonadas
de marzo a junio, y en invernadero, puede empezarse a sembrar de
acuerdo a la fecha cuando queremos obtener la producción.
Al aire libre se puede sembrar a una hilera o a doble hilera. En
invernadero se siembra a mas de cinco hileras para aprovechar el
espacio. Con pasillos en medio de cada melga.
6.2. Preparación del terreno
Antes de roturar el suelo debe adicionarse la materia orgánica para
que esta se mezcle muy bien con el suelo.
Se deberá contar con los análisis del suelo, en los que se estudiarán
los resultados relativos al pH y a la concentración de sales. Se realiza
una labor de fondo a una profundidad de unos 30 o 40 cm. Se deja el
suelo bien suelto y mullido para proceder a su desinfección.
6.3. Desinfección del suelo
Aunque se aplique la rotación de cultivos, es necesario desinfectar el
suelo porque existen muchas especies parásitas polífagas, como el
Fusarium, al que el gladiolo es muy sensible. El suelo se esteriliza
mediante el uso de plaguicidas, para minimizar los efectos de las
plagas y enfermedades, principalmente las originadas por bacterias.
6.4. Construcción de surcos o melgas
Para los de hilera simple se hacen surcos con 50 cm de distancia
entre ellos. Los cormos se dispondrán en distancias de 10 cm entre
ellos
Para hilera doble los surcos son más anchos y las distancias entre
ellos también. Regularmente un surco es de 30 de ancho y la
separación entre ambos es de 70 cm
En ambos caso se obtiene una densidad de siembra de 200, plantas
por ha.
También se construyen pequeñas Melgas de con anchos de 90 cm
hasta 1.80 m donde se disponen cada 10 a 15 cm un cormo en marco
real y una separación de 60 cm. Con este método se tienen
densidades hasta de 500 mil plantas por ha
6.5. Abonado de fondo
Los aportes de materia orgánica no son imprescindibles, salvo que se
pretenda mejorar la estructura del suelo. En caso de aplicarlos, no
debe suministrarse de ninguna manera materia orgánica fresca.
Según sean los niveles de nutrientes del suelo, se utilizara el abonado
de fondo de manera orientativa se recomienda 5 kg/ha de un abono
10-20-30.
6.6. Densidad de plantación
Como lo hemos mostrado las densidades menores a 200,000por ha no
aprovechan el espacio y mayores de 300 mil corren riesgo de tener
problemas con competencia de luminosidad. La densidad de
plantación depende del tamaño de los cormos, de la época de
plantación y de las características de la variedad.
Las densidades muy altas afectan el crecimiento de la planta y de la
espiga. Normalmente, en cultivo al aire libre se utilizan densidades de
plantación menores que en el caso de cultivos en invernadero. Con
cormos más pequeños, mayor puede ser la densidad de plantación.
Plantación al aire libre; La distancia entre plantas será de 10-15 cm y
la distancia entre líneas será de 50 cm.
La profundidad de plantación depende del tipo de suelo y del momento
de cultivo. En general, se planta a menos profundidad en suelos
pesados que en suelos ligeros.
Si se planta en primavera, se recomienda una profundidad de siembra
de 7-10 cm, para asegurar una mayor resistencia al viento y para
evitar que las plantas se tumben en la floración.
Durante el verano conviene plantar con algo más de profundidad 10-
15 cm para evitar enfermedades debidas a la elevada temperatura del
terreno en sus primeros estratos.
Bajo invernadero o túneles de plástico; se recomienda en este caso
contar con invernaderos que se puedan mover fácilmente de sitio, del
tipo arco o establecer un plan de rotaciones cultivando otras flores u
hortalizas en donde ya hubo gladiolos.
En este tipo de cultivo se emplean cormos "tratados" del calibre 14 o
más.
La densidad de plantación puede ser de 20-30 cormos/m2. Para
cultivadores expertos podrán experimentar con mayores densidades.
Fuente: CULTIVO DE GLADIOLO
PROYECTO ESTRATÉGICO PARA LA SEGURIDAD ALIMENTARIA
UNIDAD TÉCNICA NACIONAL
REGIÓN ALTOS DE CHIAPAS.
Tuxtla Gutiérrez, Chiapas.

Orugas pegadoras y enrolladoras de las hojas “Leaftiers, Leafrollers”



LAS PLAGAS COMUNES DEL JARDÍN
Identificación y Manejo Integrado

Orugas pegadoras y enrolladoras
de las hojas
“Leaftiers, Leafrollers”
Estas orugas miden entre 4 mm y 30 mm de longitud. La mayoría son verdes con
tonalidades marrones o grises (Fig. 35B, C).
Las pegadoras de las hojas pegan dos o más hojas con hilos de seda para refugiarse. Se
alimentan de las hojas pegadas y de las circundantes (Fig. 35C). Las enrolladoras
de las hojas se diferencian porque usan una sola hoja como refugio. Una población muy
numerosa de estas plagas puede causar una defoliación severa.
Algunas especies pasan a la etapa de pupa debajo de la hojarasca y objetos que estén
en los alrededores. En otras la pupa se queda pegada en las hojas. Los adultos son
alevillas pequeñas de color marrón opaco.
La distancia entre los extremos de sus alas extendidas varía entre 13 mm y 27 mm.

Manejo integrado de orugas
1. Inspeccione las plantas antes de introducirlas a su lugar de siembra y
rechace las infestadas con orugas y otras plagas.
2. Mantenga los alrededores libres de malezas que le provean alimento a las
orugas.
3. Examine las plantas con frecuencia para detectar las orugas. En caso de no
encontrar orugas en el follaje, busque en el suelo y en los alrededores de la
planta. Separe los tiestos con plantas infestadas.
4. Remueva manualmente las orugas. Use guantes, pinzas, cepillos o espátulas
para removerlas porque algunas irritan la piel. Se recomienda echarlas en un
envase con una solución concentrada de jabón (3% a 5%) para matarlas.
5. Pode las porciones o todo el follaje de las plantas severamente infestadas.
Las partes podadas deben sacarse de las inmediaciones o echarlas en una
bolsa plástica y ponerla al sol. El calor que se genera en el interior de la bolsa
mata la mayoría de los insectos que se encuentren en el material podado.
6. Atraiga los pájaros al jardín. Ellos son enemigos naturales de las orugas y
otros insectos. Coloque comederos cerca del jardín.
7. Aplique un insecticida cuando la infestación alcance niveles inaceptables.
Rocíe todo el follaje, principalmente las áreas abultadas, los renuevos y debajo
de las hojas. A los pegadores y enrolladores de las hojas hay que prestarle una
atención especial. En la mayoría de los casos su control es difícil debido a que
 las larvas permanecen protegidas por las hojas pegadas.
8. Use los insecticidas que contengan la bacteria Bacillus thuringiensis (Bt), ya
que son la mejor opción para el control de orugas. Es recomendable usar estos
insecticidas con un adherente para evitar que la capa cerosa de las hojas repela
la aspersión del insecticida diluido en agua. En el capítulo de insecticidas
biorracionales de este manual aparece información sobre estos insecticidas y de
otros productos ecológicos. Los aceites hortícolas particularmente son eficaces
para matar los huevos de las orugas.
9. Use insecticidas ecológicos para tratar plantas ubicadas en el interior de
residencias y edificios. Los tiestos con plantas infestadas que estén en el interior
de las residencias o edificios deben sacarse al aire libre para recibir allí el tratamiento
 de insecticida.
10. Repita las aplicaciones de insecticidas según sea necesario hasta reducir a
niveles aceptables la población de las orugas. Normalmente hay que repetirlas
entre 7 y 10 días. Inspeccione las plantas entre 24 y 36 horas después de cada
aplicación para comprobar la eficacia del insecticida usado.
11. Controle las orugas cuando estén pequeñas y antes de que causen un daño extenso. Las primeras etapas son las más susceptibles a los insecticidas.
Es una pérdida de tiempo y dinero intentar controlar las orugas cuando están próximas a completar su desarrollo.
Fuente: LAS PLAGAS COMUNES DEL JARDÍN
Identificación y Manejo Integrado
Por: Hipólito O'Farrill-Nieves, Ph.D.
Especialista en Entomología
Silverio Medina Gaud, Ph.D.
Entomólogo y Profesor Emérito

El cultivo de la Alstromeria Temperatura ambiente


  

El cultivo de la Alstromeria

Temperatura ambiente
Las temperaturas óptimas para el crecimiento de Alstroemeria en invernaderos son temperaturas aéreas de aproximadamente 10-16 ºC durante la noche y 18-21ºC durante el día. Temperaturas superiores a 24 ºC por tiempo prolongado pueden disminuir o terminar la floración. Las temperaturas aéreas no son tan cruciales como las temperaturas del rizoma; deben darse temperaturas medias entre 13-16ºC para inducir la floración (Bridgen, 1999).
Para un período de seis semanas después de la plantación, la temperatura óptima es 13 °C durante la noche y entre 14-16° durante el día. Una bajada de la temperatura provoca un retraso en el crecimiento, pero se puede obtener una calidad mejor y un tallo más corto (Konst, 2009).
Durante el verano, la mejor temperatura media para el crecimiento es de 17 ° C hasta 22 ° C. Se recomiendan temperaturas frías durante la noche y el mantenimiento de la temperatura del suelo entre 14 ° C hasta 17 ºC guarda una estrecha relación con la calidad de las flores (Konst, 2009).
Durante el final del otoño y en el invierno, la mejor temperatura es entre los 10 °C y 14 °C, dependiendo de la variedad, su longitud y la calidad del tallo. Cuanta más luz natural/artificial reciban las plantas, más alta se mantendrá la temperatura. Las temperaturas por debajo de los 9 °C y 10 °C llevan a un desarrollo muy lento de las plantas así como a una producción muy baja (Konst, 2009).
Al principio de la primavera (febrero/marzo), se debe calentar el invernadero un poco (13 °C-15°C o mantener el calor dentro del invernadero en días soleados, ventilando lo menos posible. Eso resultará en un pico de producción mucho más temprano y más uniforme en la primavera y ayuda a una mejor recuperación del follaje antes del verano (Konst, 2009).
Después que la alstroemeria ha iniciado brotes florales, las temperaturas altas acelerarán el proceso de floración. A temperaturas superiores a 20-25 ºC, sin embargo, las flores pueden tener tallos más débiles, puede ocurrir aborto de yema, pueden exhibirse síntomas del virus, y la floración puede cesar antes. Incluso en situaciones donde la inducción floral ha ocurrido, puede no ocurrir la floración debido al aborto o destrucción de la yema. Las flores abortadas aparecen como cuerpos parduscos pequeños en la punta del tallo dentro del verticilo de cimas o en el terminal de un tallo. Los abortos pueden ocurrir durante períodos de baja irradiación o cuando las raíces han sido dañadas por sales excesivas o riego excesivo. La destrucción de la yema es la condición donde una yema floral casi totalmente desarrollada senesce antes de alcanzar el desarrollo completo. Esto puede ocurrir en condiciones de fluctuación de humedad en un período de 24 horas (Bridgen, 1999).
Temperatura del suelo
Las plantas se desarrollan a partir de los rizomas subterráneos. Las altas temperaturas del suelo en el verano producen frecuentemente un efecto negativo en la floración en muchas variedades. Como consecuencia de eso, el número de plantas sin flores, incrementa durante el otoño y el invierno (Konst, 2009).
Hoy en día, muchos cultivadores utilizan un sistema de refrigeración del suelo para prevenir un desarrollo excesivo de plantas sin flores en el otoño. La temperatura óptima del suelo para la mayoría de las variedades es cerca de los 14 °C en el verano (Konst, 2009).
En general, durante la primavera (antes de la semana 20) se puede dejar que la temperatura del suelo suba un poco durante unas semanas, cuando se empieza a refrigerar el suelo (hasta 16-17ºC) (Konst, 2009).
En meses calurosos, el período de floración puede ser extendido usando enfriamiento del suelo. Esto se hace instalando tubos de diámetro pequeño en la superficie o ligeramente debajo de la superficie del substrato de crecimiento, espaciados 20-30 cm. Por esos tubos se hace circular agua fresca de fuentes naturales o artificiales para lograr tener temperaturas más bajas en el substrato (Bridgen, 1999). Si en invierno la temperatura del suelo desciende por debajo de los 12 °C o más durante algunos meses, de enero a marzo, se retrasa la producción en primavera. Dependiendo de la variedad, también lleva a una carencia de vegetación y una calidad más pobre del tallo en el verano. Por ello algunos cultivadores utilizan el sistema de refrigeración también para calentar el suelo hasta 13-14 °C en el invierno (Konst, 2009). Utilizando lámparas con una descarga de alta intensidad o HDI (Lámparas de Descarga de Alta Intensidad), el suelo tiene que estar entre los 14-16 °C todo el año (Konst, 2009).
Fuente: UNIVERSIDAD DE CHILE
FACULTAD DE CIENCIAS AGRONÓMICAS
ESCUELA DE AGRONOMÍA
EL CULTIVO Y MANEJO DE LA ALSTROEMERIA
Carolina Osorio C.

La importancia de los viveros forestales

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