Producción de flores cortadas
V Región
13. Requerimientos ambientales
Efecto de la luz
En el lilium la luz afecta el desarrollo de la planta
incluso la floración, y la especie se describe como sensible al fotoperíodo,
requiriendo para su normal desarrollo y producción un fotoperíodo largo. Esta
condición depende de la época del año, de la variedad y la cantidad de luz que
permite ingresar el invernadero.
En el caso de plantaciones de invierno se requerirá aplicar
luz adicional a una plantación, con el objeto de evitar los efectos de la falta
de luz como: caída de botones, plantas débiles, color amarillento de las hojas
(aún con un buen abastecimiento de nitrógeno) y corta vida de la flor en el
florero. La aplicación de luz adicional debe iniciarse desde el estado de
inicio de botón hasta la cosecha. Las variedades asiáticas son las más
susceptibles a la caída de los botones pero también hay diferencias entre
variedades. Por otro lado, los orientales son los menos susceptibles entre
todos los lilium.
La luz en la forma de fotoperíodo afecta directamente la
floración del lilium. Se puede lograr un adelantamiento de la floración de
algunas variedades alargando artificialmente el largo de día cuando las
condiciones naturales son de día corto. Las variedades que se benefician con
esta labor son, en general, los orientales, caracterizados por un período
vegetativo de más de 100 días en condiciones naturales de primavera.
La luz se aplica desde la brotación hasta la inflorescencia
visible, completando un largo de día de alrededor de 14 horas. Para variedades
asiáticas se puede aplicar al atardecer o al amanecer, alrededor de 20 watt/m².
Efecto de la temperatura
Las condiciones ambientales ideales para el cultivo del
lilium para flor cortada se orientan a obtener temperaturas máximas de 9 ºC a
14 ºC durante la etapa de desarrollo de raíces. Durante la etapa de cultivo de
las variedades asiáticas se debe mantener una temperatura mínima de 8-10ºC
durante la noche y 23ºC a 25ºC como máxima durante el día. Las variedades
orientales son más sensibles a las bajas temperaturas, no permitiendo mínimas
menores a 12 ºC, tampoco les conviene temperaturas mayores de 25ºC.
Todo ello lleva a cultivar esta especie, en los meses de
invierno, en invernaderos con control de temperaturas y calefaccionados para
lograr las temperaturas anunciadas. Por ello, es recomendable acondicionar los
invernaderos en zonas que así lo ameriten con doble techo y doble pared. De
esta forma los fríos nocturnos son mucho menos extremos, y se logra alguna
economía de energía destinada a calefaccionar.
Los daños por frío se manifiestan en los botones florales
los que muestran quemazón en las puntas o deformaciones como torceduras,
amarillamiento general de la planta, siendo este efecto diferente entre las
variedades y especialmente visible en las variedades orientales.
A la vez, las temperaturas bajas producen un alargamiento en
el período vegetativo de todas las variedades, lo que debe ser considerado
cuando se efectúan los programas de producción ya que la descripción de las
variedades normalmente vienen indicadas para los períodos primaverales.
Las temperaturas altas llevan a un desarrollo vegetativo
demasiado rápido, lo que se traduce en plantas de menor tamaño, menor número de
botones por planta y mayor peligro de desórdenes fisiológicos como el leaf
scorch. Por ello, es muy importante hacer instalaciones de sombra sobre el
invernadero cuando se cultiva lilium bajo condiciones de calor.
Fuente: Manuales FIA de Apoyo a la Formación de
Recursos Humanos para la Innovación Agraria
Para pequeños(AS ) productores(AS ) de la agricultura
familiar campesina
No hay comentarios:
Publicar un comentario