Cultivo del lilium
Plagas
Trips y pulgones
Estos insectos atacan generalmente los brotes de las plantas
o los tejidos más tiernos, afectando el desarrollo de hojas y flores y, en
muchos casos, produciendo deformaciones de los tallos blandos. Los pulgones a
su vez son transmisores de virosis al atacar a una planta enferma y
posteriormente hacerlo a una sana.
Estos son también los responsables de los rechazos en las
inspecciones sanitarias que se realizan como requisito para exportar. El
control se basa en aplicaciones preventivas de productos químicos cuando se
detecta presencia de los insectos en las trampas de recolección. Los productos
a usar dependen del grado del ataque haciendo hincapié en la rotación de
ingredientes activos, específicamente de insecticidas sistémicos, (Dimetoato,
Confidor, Azodrin, rotando con Karate, Azomark, etc, para evitar los problemas
derivados de resistencia. Existen también productos químicos que son
específicos para atacar pulgones.
Gusanos cortadores
En los inicios del cultivo pueden presentarse ataques de
estos insectos cercanos al suelo, los que son fácilmente controlados con
insecticidas de suelo.
Ácaros
Esta es una plaga de los bulbos que se encuentra
frecuentemente en el cultivo del lilium. Es una de las plagas ampliamente
difundidas ya que puede subsistir . en casi cualquier cosa como semilla,
plantas vivas o muertas, insectos muertos, hongos, incluso sobre papel. Su
presencia se detecta con la ayuda de una lupa de campo inicialmente en la base
de los bulbos en la zona de las raíces y entre las escamas exteriores.
El control no es sencillo ya que los ácaros son resistentes
a los pesticidas en general, pero presentan susceptibilidad a los
organoclorados y carbamatos, utilizados en desinfección de bulbos por
inmersión.
Se insiste en la necesidad que la utilización de este tipo
de químicos tan específicos sea recomendado por el asesor técnico.
Para la aplicación de productos químicos en este cultivo, debe
incluirse siempre un aceite mineral con el objeto de hacer más eficiente su
acción.
Es también conveniente verificar constantemente la acidez el
agua que se usa en la aplicación de productos químicos, estabilizando su valor
a pH 6 o idealmente menos. De esta forma se evita la pérdida de efectividad por
efecto de la hidrólisis del ingrediente activo. Generalmente, esto no es
problema en aguas de la zona sur ya los pH normal de ellas bordea el valor 6,
pero en la zona central esos pH pueden llegar incluso a valor 8, con lo que la
pérdida de efectividad del químico puede llegar a valores importantes.
Se puede acidificar las aguas con ácido cítrico (Syncron), productos
como LI-700, vinagre, etc.
Fuente: Manuales FIA de Apoyo a la Formación de Recursos
Humanos para la Innovación Agraria
Producción de flores cortadas
V Región Gobierno de Chile
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