CULTIVO DE LA ROSA
Mosaicos foliares
Esta denominación agrupa a diversas manifestaciones virales
que afectan al follaje del rosal. El síntoma más común consiste en líneas
cloróticas discontinuas en zig-zag generalmente dispuestas asimétricamente con relación
al nervio medio. Las alteraciones cromáticas puede venir acompañada de
crispamientos y deformaciones del limbo. En una misma plantación, el grado de
exteriorización y la severidad de los síntomas varía de un año a otro y no
apareciendo nunca sobre el total del follaje, limitándose a algunas ramas, o
pisos de hojas situados sobre la misma rama, quedando las demás partes del
vegetal aparentemente sanas.
Aunque la incidencia viral sobre el crecimiento de los
individuos enfermos no sea siempre evidente en el cultivo, algunos estudios han
citado retrasos en la floración y reducción de la longevidad de las plantas.
Control
La prevención contra las enfermedades víricas se basan por
un lado en combatir los agentes que propagan la infección: pulgones, ácaros,
trips, etc.; la limpieza de malas hierbas huéspedes dentro y fuera del
invernadero y en evitar la transmisión mecánica, pues en ocasiones esta última
suele ser la única vía de contaminación. Por tanto las medidas preventivas a
tener en cuenta son las siguientes:
Eliminación de las plantas enfermas y de las plantas
sospechosas.
Las herramientas empleadas en la multiplicación, recolección
de flores y cortes de hojas, deberán esterilizarse en una solución al 2% de
formaldehido y 2% de hidróxido sódico durante 6 segundos. También se puede
emplear fosfato trisódico (377 g/litro de agua) o por calor a 200ºC durante dos
horas.
Utilizar dos juegos de herramientas de corte y de guantes,
trabajando con uno, mientras el otro permanece sumergido en la solución a intervalos,
para esterilizarlos de cualquier virus que puedan estar presentes en ellos.
No emplear sustratos contaminados de raíces infectadas, ni
aguas de drenaje de plantas viróticas.
No reutilizar los tutores de bambú, aunque sí los de
aluminio, pues estos últimos se pueden esterilizar.
Hacer test cada dos o tres años cuando se introducen nuevas
variedades.
8.3. Fisiopatías
La caída de las hojas puede tener su origen en diversas
causas. Por un lado, cualquier cambio brusco en el nivel de crecimiento puede
determinar cierto grado de defoliación, ya que el área de alrededor de los
pecíolos se expande rápidamente, aumentando el diámetro del tallo en ese punto,
mientras que la base de los pecíolos que no presentan tejido meristemático no
puede expandirse, causando la ruptura del tejido del pecíolo y, por
consiguiente, la caída de la hoja. Las enfermedades que dan lugar a la
producción de etileno también pueden causar la defoliación y el mismo efecto
tiene lugar en presencia de gases como el dióxido de azufre y el amoníaco.
También son frecuentes las fitotoxicidades causadas por
herbicidas del tipo de fenóxidos, que pueden producir síntomas severos de
distorsión y enroscamiento de hojas y tallos jóvenes.
A veces aparecen pétalos más cortos de lo normal y en número
excesivo, lo cual en algunos sitios se conoce como "cabeza de toro".
Se culpa a los trips de estos síntomas, aunque es frecuente que estas flores
aparezcan en ausencia de trips sobre tallos muy vigorosos.
Fuente: Fuente: Infoagro.com
Publicado por: Marcela Aguilera, Operadora SITEC V Región.
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