Cultivo del lilium
7. Manejo del cultivo
Normalmente los bulbos de lilium llegan congelados a la
plantación, por lo que es de gran importancia realizar una prolija revisión con
el objeto de asegurarse que realmente se encuentran en buen estado de congelamiento.
Los bulbos que han sido congelados una vez no pueden volver a congelarse. Si
llegan en estado deshielados y se pretende parcializar la plantación las cajas
se deben colocar en cámara de frío a 0 ºC. De esa forma se pueden mantener por
alrededor de tres a seis semanas, dependiendo del grado de desarrollo del brote
al momento de la recepción.
Los bulbos de híbridos asiáticos pueden ser almacenados en
estado de congelamiento sobre un año, sin mostrar deterioro de la calidad. Pero
estos bulbos almacenados por un período tan largo se desarrollan más
rápidamente, las plantas son más chicas y se obtienen menos botones.
Los híbridos orientales, L.A., y longiflorum no pueden ser
almacenados por tan largo tiempo y normalmente se considera que no más de seis
meses es suficiente, si se quieren evitar problemas de daño por hielo o
brotación.
Bajo condiciones normales de congelamiento y una vez
programada la plantación, las cajas se pueden colocar en cámara de frío o al
aire libre, con el objeto de lograr todo el proceso de deshielo a temperaturas
bajas (10-12 ºC), con el plástico del embalaje abierto.
Con ello, se logra una activación metabólica lenta lo que se
traduce en un mejor enraizamiento y un buen establecimiento de la planta, para
lograr buena calidad de flor.
Idealmente se debe plantar sobre suelo frío o por lo menos
no caliente, para obtener un lento desarrollo de raíces, lo que se logra con
humedad de suelo, con profundidad de plantación mayor, aplicación continua de
agua en forma de lluvia después de plantado y sombreamiento con malla negra
(“Rushel”) 50 a 65% antes de plantar. Este elemento es de vital importancia
desde la plantación hasta la formación de las raíces del tallo, especialmente
desde primavera en adelante, incluso en la zona sur, evitando también los daños
por golpe de sol, principalmente en las variedades orientales.
La experiencia indica que la malla de sombra no debe ser
retirada de un cultivo cuando todo el desarrollo vegetativo se ha realizado a
la sombra. Cuando se retira la malla poco antes de la emisión de botones, o más
adelante, los botones se deforman, las flores no abren o, como mínimo la
coloración se pierde.
Debe cuidarse especialmente el riego en los primeros días de
la plantación ya que el bulbo usa gran cantidad de agua para su brotación y
posterior formación de botones florales. Un bulbo plantado en un suelo caliente
seguramente producirá una planta más baja y menor cantidad de botones.
De todo lo anterior, se desprende que las raíces del bulbo
son de gran importancia. Inmediatamente después de plantados no existen las
raíces del tallo, por lo que la elongación del brote depende exclusivamente de
las del bulbo. Mientras más y mejor sean las raíces del bulbo, la absorción de
agua será más fácil lo que se traducirá claramente en un saludable alargamiento
del tallo floral. La firmeza y largo del tallo foral de penderán posteriormente
en gran medida de la presencia de muchas y buenas raíces del tallo. Cuando uno
inspecciona cultivos de lilium con problemas de largo de vara, la causa más
común de esto es la presencia de un sistema radicular pobre.
Fuente: Manuales FIA de Apoyo a la Formación de Recursos
Humanos
para la Innovación Agraria
Producción de flores cortadas V Región
GOBIERNO DE CHILE
INSTITUTO DE INVESTIGACIONES AGROPECUARIAS
INIA
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