EL CULTIVO DE LAS HELICONIAS
La floración se inicia generalmente a los
nueve o 12 meses de realizada la plantación, prolongándose durante toda la
temporada primaveral en la mayoría de las especies; en algunas como H.
latispatha, se mantiene con mayor o menor intensidad durante todo el año. Una
vez que la inflorescencia alcanza su desarrollo óptimo (lo que se conoce por su
coloración y por hacerse aparentes las flores verdaderas dentro de las
brácteas), se procede al corte y la recolección de los tallos, atándolos en
mazos de una o dos docenas (según la especie), colocándolos en recipientes o
tanques para flores situados en
lugar sombreado y fresco, o en cámaras
frigoríficas. El momento o la duración de la floración pueden verse afectados
por períodos de lluvia o sequía (33), atrasándola o
adelantándola, al igual que por el fotoperíodo
(34), mientras que la talla que alcance la inflorescencia estará influida por
el tamaño del rizoma que se plante (20). El tiempo de permanencia de las
inflorescencias, una vez cortadas en florero, varía de siete a 25 días,
mientras que el empleo de algunas sustancias preservantes puede hacer más largo
este período (35).
ATENCIONES CULTURALES
Las atenciones culturales al cultivo, debido a
su rusticidad, se reducen a la aplicación adicional de agua mediante el riego y
la fertilización. H. psittacorum responde positivamente a altos aportes de N,
por lo que se recomiendan aplicaciones de
650 g de N/m2 y año de un equilibrio 3N-1P-2K
mediante abonos de lenta liberación en el momento de la plantación y
posteriormente una vez cada año (12). El uso de
este tipo de fertilizantes se justifica en las
menores pérdidas por lavado, el ahorro de mano de obra y la dificultad de
distribuir bien los fertilizantes, cuando las pocetas se
llenan de plantas. Los resultados de
experiencias variando la relación N/K indican que en Florida el potasio no es
factor limitante para esta especie (21).
Estudios posteriores han encontrado que
aplicaciones de 1.2 kg de N/m3 de un equilibrio 2N:1P:1K a H. X ‘Golden Torch’
dan máxima respuesta para peso de
inflorescencia, área foliar y peso seco de
todas las partes vegetativas. Estos resultados son bastante similares a los
obtenidos en Florida, cuando se tiene en cuenta el
tamaño de las pocetas. No obstante, en este trabajo
se ha encontrado que una menor proporción de nitrógeno (1N:1K) permitiría
optimizar conjuntamente la producción
de flores y el crecimiento vegetativo (36).
No existen estudios sobre otras especies de
heliconias. En base a la experiencia, se recomienda aplicar 200g/planta de un
fertilizante soluble de equilibrio 1N-
1P-1K tres o cuatro veces al año (17).
Las deficiencias de N son muy frecuentes en la
mayoría de las especies y se manifiestan por un amarilleo general del follaje y
una disminución del crecimiento (23).
Las deficiencias de K son comunes en H.
angusta y H. stricta ‘Sharoni’. Su sintomatología consiste en una necrosis
marginal de las hojas viejas, acompañada de
una clorosis marginal o internervial (37). Las
deficiencias de Mg aparecen primero en las hojas más viejas y se caracterizan
por el amarilleamiento de los bordes de las
hojas (12). Las carencias de Fe y Mn son
frecuentes en H. psittacorum y H. x ‘Golden Torch’, cuando se cultivan en
suelos con alto pH y también cuando hay pudriciones
de raíz o ataques de nematodos. Las de Fe se
caracterizan por clorosis internerviales en las hojas más jóvenes, que se
acompañan de bandas necróticas para el Mn (12).
El estrés hídrico es frecuentemente un factor
limitante de la producción y calidad en H. psittacorum, afectando muy
negativamente a la duración de poscosecha de las flores. Se manifiesta por un
enrollamiento longitudinal de las hojas. Aunque las heliconias requieren gran
cantidad de agua, un mal drenaje causa desórdenes nutricionales
y pudrición de raíces. En cuanto al consumo de
agua, apenas existen referencias. Se aconseja aplicar 1 cm/ día de agua para el
cultivo de H. psittacorum bajo invernadero
en Florida (21). Cuando se cultiva en suelo,
las dosis pueden ser bastante menores ya que son complementarias a la lluvia.
Fuente: Jerez, E.
EL CULTIVO DE LAS HELICONIAS
Cultivos Tropicales, vol. 28, núm. 1, 2007,
pp. 29-35
Instituto Nacional de Ciencias Agrícolas
(INCA)
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