El tesoro líquido
El agua es uno de nuestros recursos más escasos y, consecuentemente, más valiosos.
Un jardín mediterráneo sostenible ideal no debería necesitar nada más que
el agua de la lluvia, pero como eso es muy difícil, utilicemos la menor cantidad posible
¡Sólo la que necesitemos!
Por eso, hay que conocer las necesidades de las plantas y elegir un sistema de riego
adecuado al tipo de terreno y que nos ayude a ahorrar agua. Hay varios sistemas posibles:
+ Manguera o regadera: es barato, ya que no requiere instalaciones, sólo necesitamos
un grifo. Su eficiencia es apenas del 45 % y no puede automatizarse. Puede ser útil en
espacios pequeños o para puntos concretos, como los riegos de plantación.
Si utilizas este sistema, busca la forma de recoger el agua que se pierde, sobre todo en
las terrazas y las macetas...
+ Aspersión: imita a la lluvia y requiere una instalación de tuberías, pero se puede
automatizar. Es bastante útil para praderas.
Existen muchos modelos de aspersores diferentes que se adaptan a todos los
jardines. Empleándolos bien, alcanzan una eficiencia del 75% y aumentan la humedad
relativa, desperdiciando menos agua que las mangueras.
La instalación de un programador te ayudará a regar sólo lo necesario y en el
momento preciso, aunque no te encuentres en casa.
+ Goteo y tuberías de exudación: requiere instalación de tuberías y agua de buena calidad.
Es automatizable y adecuado para cualquier tipo jardín. Su gran eficiencia, que
alcanza el 90%, se debe a que el agua llega directamente a la zona de las raíces, sin
mojar las hojas ni el terreno.
La Ordenanza de Gestión y Uso Eficiente del Agua en la ciudad de Madrid, en su artículo 20, indica la necesidad de que se empleen sistemas de riego que fomenten el ahorro y la eficiencia en el riego, especialmente en nuevos jardines que superen los
150 metros cuadrados. En estos casos, se deben instalar programadores y sensores de lluvia o de humedad, aspersores de corto alcance en las zonas de pradera y riego por goteo para arbustos y árboles. En los jardines ya existentes, se establece un plazo de dos años para adecuar las instalaciones a los requisitos anteriores.
Debes elegir el tipo de sistema con el que regarás cada grupo de plantas en tu jardín y
marcar el lugar por donde irán las tuberías que abastecerán a cada uno. Pide consejo a
un profesional para que tu riego funcione.
Para concluir, hay que tener presente que tan malo es regar de menos como regar de
más. La falta de agua limita el crecimiento o la floración, pero el exceso de agua incrementa el riesgo de enfermedades producidas por hongos.
Y RECUERDA...
Es conveniente instalar un sistema automatizado y sensores de humedad en el
suelo que nos informen del momento más adecuado para regar. Existen sensores de
lluvia que desconectan automáticamente el riego cuando llueve.
Para aprovechar el agua de la lluvia, instala canales de drenaje que la dirijan hacia
una alberca o pequeño depósito y recoge el agua de los canalones en bidones o depósitos que te sirvan para regar. Los caminos deben estar un poco más altos que
los parterres y así el agua de la lluvia llegará a las plantas.
Coloca un elemento de agua, como una fuente o un estanque (siempre con
sistema de reciclaje), que servirá para recoger el agua de la lluvia y la sobrante del
riego y aumentará la humedad ambiente del jardín.
Necesitas conocer cuáles son las necesidades de agua de tus plantas, ya que estando
sanas y fuertes, necesitarán menos riego. Para saberlo, pregunta por su procedencia y
cuánto llueve en ese lugar. Infórmate de dónde crecen: bajo los árboles, al lado de los
ríos, entre las rocas, al lado del mar… Esto te ayudará a conocerlas y saber sus
necesidades.
Fuente: Área de Gobierno de Medio Ambiente
y Servicios a la Ciudad, Ayuntamiento de Madrid
COORDINACIÓN:
Departamento de Educación para el Desarrollo Sostenible
ASESORAMIENTO TÉCNICO:
Isabel González González
Miguel Ángel Nuevo Corisco
Charo Piñango Muñoz
Luís Tejero Encinas
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