Plagas en el cultivo del clavel
-Pulgones (Myzus persicae)
Es una plaga muy frecuente en el cultivo del clavel. Los pulgones pican las hojas y flores para succionar los azúcares que se transportan por el floema.
En el invernadero, se reproducen por partenogénesis sin necesidad de machos. Todos los individuos son hembras y cada hembra origina varias más. Esta facultad de reproducirse una hembra sin necesidad del macho es la que origina la violencia de la plaga, ya que un individuo puede madurar y reproducirse a la semana de su nacimiento.
Solo cuando llegan los días cortos del invierno los pulgones producen huevos.
La plaga se reaviva en la primavera y baja con los fuertes calores del verano.
Control.
-Se puede aplicar Fenpropatrin 10%, presentado como concentrado emulsionable a una
dosis de 1.25-1.50 l/ha.
-Trips (Frankliniella occidentalis)
Son pequeños insectos chupadores que tienen varias generaciones anuales. Debido a su
pequeño tamaño, un adulto puede penetrar fácilmente cuando se haya formado el botón
floral al interior de este y realizar allí su puesta. Los nuevos individuos se alimentan de los pétalos que se están desarrollando y cuando la flor madura aparecen decoloraciones sobre los bordes de los pétalos.
En algunas ocasiones atacan a los nuevos brotes, retrasando el desarrollo.
Suelen atacar desde la primavera y son activos también durante el verano, hasta el otoño.
Control.
-Se recomienda el uso de Isofenfos 50%, presentado como concentrado emulsionable, a una dosis de 0.15-0.20%.
Minadores (Psedonapomyza dianthicola)
Se trata de un díptero frecuente en la zona mediterránea. Sus larvas forman galerías en las hojas. Produce un debilitamiento y una depreciación comercial de los claveles.
Control.
-Lucha química aplicando Acefato 75%, presentado como polvo soluble en agua, a una
dosis de 0.05-0.15%.
8.2. Enfermedades
Fusariosis (Fusarium oxysporum f. sp. dianthi)
Se trata de una enfermedad grave que es preciso combatir, ya que produce daños
importantes. Esta enfermedad progresa de abajo hacia arriba, pues si examinamos las
plantas menos afectadas se observa que las hojas inferiores están secas y las superiores no y que cuanto más afectada está la planta menos hojas superiores quedan sanas.
Solo en los estados finales, el tallo muestra agrietamiento por la parte exterior y toma el
aspecto de leña seca.
Al principio las raíces permanecen intactas, pero más tarde se pudren y al arrancar una
planta se rompe por el cuello quedando parte de las raíces en la tierra.
Control.
-Utilización de suelos "resistentes" a la fusariosis (ver apartado de cultivo sin suelo).
-Empleo de cultivares resistentes.
-La lucha química se basa en la aplicación de Dodina 50%, presentado como suspensión
concentrada (fluido concentrado), a una dosis de 0.10-0.13% o Dodina 65%, presentado
como polvo mojable, a una dosis de 0.08-0.10%.
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