Helecho


Helecho, nombre común de cada uno de los miembros de una subdivisión de plantas criptógamas (sin reproducción sexual aparente). Se han hallado restos fósiles de helechos en rocas del periodo devónico lo que indica que el grupo apareció sobre la Tierra antes que las plantas con flor; los helechos están entre los vegetales terrestres más antiguos, junto con los briofitos (musgos, hepáticas y antocerotas); durante el periodo carbonífero constituían la forma de vegetación dominante.
En cuanto al tamaño, los helechos oscilan entre unos pocos centímetros y el porte arbóreo de varias especies tropicales, que alcanzan hasta 24 m de altura. Los helechos arbóreos forman troncos leñosos sin ramificar, rematados por un copete de hojas plumosas o frondes. En general, los helechos están diferenciados en raíz, tallo y frondes, aunque los tallos suelen ser subterráneos.
Los helechos están distribuidos por todo el mundo. Algunos crecen en lugares húmedos y sombríos; otros prefieren suelos secos, soleados o pedregosos; e incluso hay especies que sólo colonizan fisuras y grietas de acantilados y grandes masas rocosas. Otros helechos son epifitos, es decir, crecen sobre otras plantas, generalmente árboles.

El ciclo reproductivo de los helechos comprende dos generaciones, una asexuada y otra sexuada. La asexuada o esporofito corresponde al helecho tal como se conoce. En el envés de las frondes hay grupos de estructuras portadoras de esporas llamadas esporangios, dispuestas en pequeñas formaciones de color castaño llamadas soros que los protegen, aunque a veces es el borde revoluto de la fronde el que actúa de soro. Hay dos grandes grupos de helechos: leptosporangiados y eusporangiados. En los primeros, el esporangio se desarrolla a partir de la proliferación externa de una única célula epidérmica, tiene un peciolo delgado y produce menos de 64 esporas. En los eusporangiados, el esporangio se forma a partir de la proliferación interna de varias células epidérmicas, es sésil, o lleva un peciolo muy fino, y produce más de 256 esporas. En muchas especies, todas las frondes son fotosintéticas y llevan soros, pero en otras especies hay hojas estériles y fotosintetizadoras (trofofilos) y hojas fértiles sin función fotosintética que sólo llevan soros (esporofilos). Cuando se secan, el esporangio se rompe y, en muchos casos, lanza las esporas para facilitar la dispersión por el viento.
Cuando una espora cae en un lugar que reúne las condiciones apropiadas de calor y humedad, empieza a germinar y se transforma en un helecho pequeño sexuado o gametofito, llamado protalo. El protalo, que no se parece en nada al helecho asexuado, es una estructura pequeña, plana, acorazonada con varios rizoides que brotan de su cara inferior. En esta cara inferior del protalo se encuentran también los órganos sexuales: el femenino o arquegonio y el masculino o anteridio. En algunas especies, estos órganos se encuentran en protalos separados. La fecundación de los óvulos del arquegonio sólo puede ocurrir en presencia de agua, que provoca la hinchazón y apertura de ambos órganos. De cada protalo sólo surge un esporofito; cuando esta planta inicia su desarrollo, el protalo del que ha surgido muere.
En jardinería suelen cultivarse especies de helechos nativas de la misma región; los helechos utilizados como plantas de interior son, en muchos casos, de origen tropical.
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