Los jardines de la Alhambra durante el reinado de los Austrias


Los jardines de la Alhambra durante el reinado
de los Austrias
el cultivo de los jardines y sus usos
El mantenimiento de los jardines era esmerado, consistía principalmente
en cultivarlos y regarlos, pero también en limpiarlos
de hierba, sofocar las plagas2 y proteger los árboles de las
heladas. Estas funciones las realizaba habitualmente un jardinero
que era incluido en la nómina semanal de los trabajadores
de las obras reales con un salario de cuatro reales al día. Ocasionalmente
el oficio de jardinero podía realizarlo un peón de
las obras reales, reduciéndose entonces el jornal a tres reales y
medio. Otras veces la nómina ascendía a cinco reales al día si
se retribuía una labor especial como era la poda. Con relativa
frecuencia se aunaba la figura del fontanero y jardinero ocupándose
éste también de desazolvar y reparar las cañerías por
las que se conducía el agua hasta las fuentes o albercas de los
jardines de donde se tomaba para el riego. Al jardinero igualmente
le competía barrer los jardines. La nómina de 21 de abril
de 1646 resume la mayor parte de sus funciones: “Gaspar Vázquez,
peón, seis días que se ha ocupado mudando los macetones
que están en los jardines de el Adarve, y trasplantando
los naranjos y limones dellos y echandoles nueva tierra, que se
maltrataron por los muchos yelos, y quitando las esteras de dichos
jardines y de el patio de los Arrayanes y jardín de Daraja
y encerrándolas, y limpiándolos y quitando todo lo helado a dichos
limones, cidros y naranjos para que retoñen de nuevo, y
cuidando las fuentes y alcubillas destas casas reales, y regando
las alamedas, a cuatro reales cada día”3. Conocemos el nombre
de algunos de los jardineros que trabajaron en la Alhambra
después de la conquista, y en los siglos XVI y XVII: Bartolomé
Gramaje (1493/1504), Bernal Sebastián (1493/96), Fray Juan
Beato de la Reina (1500/1516)4, Alonso Eladarve (1558), Alonso
Gordufa5 (1584), Miguel Díaz, fontanero y jardinero (1637/39),
Francisco de Tolosa (1637), Tomás López (1639/40), Juan de
Tolosa (1640), Pedro de los Reyes (1641), Gaspar Vázquez, peón
y jardinero (1644/45/46), y Esteban de León (1648)6.
En el siglo XVI abundaban los naranjos, limones y cidros en las
casas reales de la Alhambra. Los había en el Cuarto de Comares7,
en el Cuarto de los Leones, en el Jardín del Adarve Nuevo, en los
revellines bajo la Torre de la Vela, en el jardín de Daraxa, y en el
de las Armas Reales. Esta combinación de naranjos, limones y
cidros correspondía plenamente al gusto renacentista. Uno de
los jardines que Polifilo visita en su sueño (1499) estaba plantado
de “naranjos, limoneros y cidros, que ofrecían una clausura
amenísima y placidísima, presentando a los ojos una bellísima
ostentación de densidad de alegre follaje y perfumadas flores...”8.
También en los jardines de los Reales Alcázares de Sevilla hubo
desde finales del siglo XV numerosos naranjos y limoneros, así
lo constató Münzer en 1494, el flamenco Antonio de Lalaing en
1502, y Navagero en 1526, el cual vio “un patio lleno de naranjos
y limoneros hermosísimos y dentro otros apacibles jardines, y
en ellos un bosque de naranjos donde no penetra el sol, y es quizá
el sitio más apacible que hay en toda España”9.
Fuente: Los jardines de la Alhambra durante el reinado
de los Austrias
· esther galera mendoza ·
Universidad de Granada

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