Practicas ambientales en jardines


Buenas prácticas ambientales de la ocupación
Seguir pautas agroecológicas lo que implicaría:
• Conseguir una actuación lo más sostenida posible potenciando la integridad
de los ecosistemas.
• Compatibilizar la fertilidad del suelo con el mantenimiento de la actividad
biológica y de su naturaleza física y mineral.
• Contribuir al mantenimiento del patrimonio genético con el empleo y el respeto
de especies autóctonas.
• Conservar la estructura del suelo.
• Evitar actuaciones y modificaciones que puedan favorecer la pérdida
de suelo por erosión.
• Tender a la creación de paisajes armónicos e integrados en el medio y con
bajos requerimientos de aportes (pesticidas, abonos, agua, cuidados, etc).
• Optimizar el consumo de recursos naturales.
• Reducir la generación de residuos.
• Gestionar adecuadamente los residuos producidos para evitar la
contaminación.
Buenas prácticas en la utilización de los recursos
A P R O V I S I O N A M I E N T O S
Maquinaria, equipos y utensilios:
• Adquirir equipos y maquinaria que tengan los efectos menos negativos para
el medio (con aceites lubricantes minerales, con fluidos refrigerantes no
destructores de la capa de ozono, con bajo consumo de energía y agua, menos
ruidosos, etc.).
• Elegir herramientas y útiles más duraderos y con menos consumo en su
elaboración de recursos naturales y energía.
Materias primas:
• Conocer el significado de los símbolos o marcas “ecológicos” como las
ecoetiquetas de AENOR Medio Ambiente, Ángel Azul, Certificación FSC
(Consejo de Gestión Forestal), Distintivo de Garantía de Calidad Ambiental,
Etiqueta ecológica de la Unión Europea, Agricultura ecológica.
• Elegir, en lo posible, materias y productos ecológicos con certificaciones que
garanticen una gestión ambiental adecuada (materiales extraídos con el mínimo
impacto negativo, madera procedente de explotaciones sostenibles, etc.).
• Buscar proveedores locales.
• Evitar, en lo posible, elegir turba como sustrato, ya que la turba es un recurso
con muy lenta capacidad de renovación.
• Priorizar organismos no modificados genéticamente.
• Elegir, en lo posible, especies autóctonas y ecotipos y variedades no híbridas.
• Emplear semillas, plántulas y material de viveros adaptadas a la zona, que
requieran pocos cuidados y agua y capaces de reproducirse autónomamente.
• En los céspedes emplear mezclas con leguminosas que permitan el
aprovechamiento del nitrógeno.
• Emplear, en lo posible, compost y abonos orgánicos.
Utilizar, en lo posible, envases fabricados con materiales reciclados,
biodegradables o que puedan ser retornables a los proveedores.
• Comprar evitando el exceso de envoltorios y en envases de un tamaño que
permita reducir la producción de residuos de envases.
Herbicidas y pesticidas:
• Conocer los símbolos de peligrosidad y toxicidad.
• Comprobar que los productos están correctamente etiquetados, con instrucciones
claras de manejo.
• Algunos compuestos como el aldrín, clordano, dieldrín, endrín, DDT, hexaclorobenceno, productos químicos del grupo de los COP (contaminantes
orgánicos persistentes, caracterizados por su toxicidad, acumulación en tejidos
grasos, elevada persistencia en el medio ambiente y la capacidad de ser trasladados hasta largas distancias) se han venido empleando como fungicidas e insecticidas.
Actualmente están prohibidos y se han sustituido por sustancias menos peligrosas
como piretroides o clorpirifos.
Habría que evitar, en lo posible, la elección de uso de estos herbicidas y pesticidas
tóxicos; empleando especies vegetales adecuadas y más resistentes a los ataques, productos fitosanitarios ecológicos y medios biotécnicos que controlen la
proliferación de plantas y organismos indeseados.
Fuente: MANUALES DE BUENAS PRÁCTICAS AMBIENTALES
Titulo: JARDINERÍA
GOBIERNO DE NAVARRA
DEPARTAMENTO DE MEDIO AMBIENTE, ORDENACIÓN DEL
TERRITORIO Y VIVIENDA

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